Guía de la diabetes

El embarazo

El embarazo en una mujer diabética debe ser planificado. Se hace necesario un buen control de la glucosa en sangre, lo que se traduce a una hemoglobina glicosilada menor al 7% antes de la concepción y en la concepción, las primeras semanas(los primeros tres meses durante la formación de los órganos del feto-embriogénesis-) sólo así se evitarán las complicaciones para el hijo y la madre.

No se aconseja el embarazo hasta obtener un buen control glicémico.
Durante el embarazo será necesario un ajuste continuo de la pauta de insulina. Durante las primeras semanas hay una tendencia a bajar las necesidades de insulina, y a partir del cuarto mes hay un aumento de la necesidad de insulina.

En cuanto a la alimentación deberá ir adaptándose a las necesidades del embarazo. Con un peso normal una embarazada, diabética o no, aumentará su ingesta habitual en unas 300 ó 400 calorías.

El aumento de peso deberá oscilar entre los doce y dieciséis kg.: En el primer trimestre entre dos y cuatro kg. Después el aumento semanal será de unos 0.25 ó 0.50 kg.

Hay suplementos que el doctor suministrará a la embarazada: Hierro y ácido fólico, este último antes del embarazo y durante los dos primeros meses de gestación.

Será muy importante evitar las hipoglucemias y la cetosis, ya que la cetoacidosis está asociada a la mortalidad fetal y la cetosis a un posible daño neurológico, de ahí la importancia de su prevención y tratamiento, en caso de producirse.

Las complicaciones como la retinopatía, nefropatía, neuropatía, pueden empeorar durante la gestación de manera momentánea, pero esto no se va a modificar a largo plazo, de ahí la importancia del buen control preconcepcional.

La probabilidad de que aparezcan malformaciones congénitas, abortos,… se verá reducida si se toman todas las precauciones:

  • Realizar múltiples autocontroles de glucemia, antes y después de las comidas.
  • Se realizará una ecografía precoz para determinar la fecha de concepción y un correcto crecimiento fetal:
    • Se deberá realizar un control clínico cada dos semanas hasta la semana treinta y dos y posteriormente cada semana.
    • Se realizarán pruebas sin estrés y perfiles biofísicos semanalmente desde la semana treinta y dos.
    • Estudios de madurez pulmonar fetal.

Riesgos para el feto en gestación:

  • Al inicio del embarazo:
    • Mayor riesgo de malformaciones congénitas si la HbA1c es elevada, especialmente si es mayor de un 9%-11%.

Complicaciones al nacer:

  • El recién nacido se expondrá a los niveles de glucosa que tenga la madre, porque la glucosa pasa a través de la placenta.
  • Si los niveles de glucosa son altos en la madre el recién nacido será de mayor tamaño (macrosomía) con el riesgo consiguiente de dificultades en el parto.
  • El bebé estará expuesto al desarrollo de hipoglucemias en los primeros días de su vida, porque puede seguir produciendo más cantidad de insulina.

El parto y la lactancia:

  • Durante el parto la glucemia de la madre será controlada por el equipo médico, el parto no tiene que ser por cesárea, puede alumbrarse al bebé con parto natural. La anestesia epidural no está contraindicada
  • El bebé deberá mantenerse en observación para vigilar que no aparezcan hipoglucemias.