El tiempo pasa a costa de nuestra salud porque los problemas siguen sin solución.
Nos dicen que el problema es que los pacientes no tenemos interés en nuestro tratamiento, pero ¿Cómo hacerte controles de glucemia si no te recetan las tiras reactivas y no puedes pagarlas? ¿Cómo ir tranquila o tranquilo al trabajo dejando a tu hijo/a en el colegio sin que nadie quiera hacerse cargo de su diabetes? ¿Cómo pincharte con unas agujas que te dañan? ¿Cómo normalizar tus controles y horarios si no quieren ponerte la bomba de insulina que necesitas?
Resumiendo, ¿Cómo controlar una diabetes si nadie te enseña porque no tienes educadora?y lo peor, ¿Cómo pueden pedirnos interés e implicación cuando nuestros gestores sanitarios hacen oídos sordos a nuestros graves problemas?
Es indignante que el tiempo corra en nuestra contra. Dilatar las soluciones supone aumentar el sufrimiento y las complicaciones de las personas que ya tenemos bastante con una enfermedad crónica que determina nuestra vida. No podemos consentir que además de luchar contra la diabetes tengamos que hacerlo contra los “elementos” sanitarios.
Tenemos derecho a una educación diabetológica completa y suficiente para tener una vida de calidad, y a tener acceso a todos aquellos tratamientos que faciliten nuestra vida y el mantenimiento de nuestra salud, siempre a través de nuestra sanidad, publica y pagada con nuestros impuestos. No somos ciudadanos de segunda.