Sandra padece diabetes de tipo 1, para el control de su diabetes debe realizarse controles del azúcar en sangre y debe administrarse distintos tipos de insulinas. A la diabetes se le sumaron intolerancia al gluten e intolerancia a la lactosa.
Los padres de Sandra notificaron al director del centro educativo las necesidades de Sandra y le hablaron de la ley vigente. Él habló con las Consellerias de Educació, Sanitat y con el centro de salud más próximo al colegio. Se estableció un protocolo de actuación consensuado con sus padres, el personal sanitario (médica y médico de la niña y personal de enfermería del centro de salud) la escuela y la Asociación Valenciana de Diabetes.
Al principio el desconocimiento sobre las necesidades de la niña con diabetes en el aula generaron desencuentros, que con la ampliación de la información y la mediación de la AVD dieron como fruto que los derechos de Sandra se respetaran y que la coordinadora del centro de salud se desplace diariamente a hacer los controles de glucemia y poner la insulina cuando es necesario.
Igualmente en cocina las trabas iniciales se superaron (a excepción de una mayor similitud entre los menús con y sin gluten-sin lactosa) y han aprendido a manejar las intolerancias y las raciones de carbohidratos a la perfección.
El glucagón se encuentra en la nevera del colegio, y existe un protocolo que se activaría en caso de pérdida de consciencia. Lo que ha garantizado a Sandra la asistencia a la escuela con una mayor confianza.